Una nova revisio al naiximent de la proclama: ¡VIXCA VALENCIA LLIURE! (I) / per Javier Navarro i Andreu

23/8/2020

            El crit de guerra del nacionalisme valencià es sense dubte algu el de “Vixca Valencia Lliure”, proclama que exalta a la Nacio Valenciana lliberalisada de les dos corrents opressores de la patria, el centralisme borbonic que patim els valencians des de 1707 en la derogacio dels Furs i des de fa un sigle el pancatalanisme imperialiste que preten fulminar qualsevol singularitat de l'identitat valenciana, en el fi d'eliminar el seu glorios passat, per a poder justificar el seu ambicios proyecte politic, la “Gran Catalunya” o com se li diu des dels anys 60 del segle passat els “Paissos Catalans”.
            ¿Pero cóm naixque este crit patriotic que reclama llibertat i justicia per al poble valencià?
            Esta pregunta se la plantejà fa ya molts anys l'escritor i polifacetic Carles Recio, escrivint un articul en la seua columna semanal que tenia en el periodic el Llevant-emv i que L'Oronella molt acertadament edità en un llibre els seus millors escrits baix el titul “Valencianisme en el Temps (I)”.
            En la pagina 293 del mencionat llibre, Recio mos conta que en uns anys en els que el valencianisme estava expandint-se i creant-se les primeres associacions estudiantils nacionalistes en l'Universitat de Valencia, en febrer de 1919 se convocà en el Teatre Romea de Ciutat de Valencia un Acte d'Afirmacio Escolar Valencianiste en les que se pretenia reunir les diferents ideologies politiques en el fi de crear un moviment transversal valencianiste, en la simple excusa de la supressio de l'Escola Nautica de les ciutats d'Alacant i Valencia.
            En aquell acte un dels representants de l'Associació d'Estudiants, el senyor Soler digue que parlaria en castella perque es considerava “valencianiste, pero no amant de la llengua valenciana”.
            Tal i com narra perfectament Recio en el seu articul, ya que la majoria dels presents en l'Acte d'Afirmacio eren valencianistes i per tant amants de la llengua, l'intervencio de Soler fon abroncada i en eixe moment prengue la paraula el nacionaliste Vicent Tomás i Martín que en aquells temps estudiava medicina, defengue “l'idioma valencià, demostrant que açò no supon anar en contra del castellà” i denuncià el maltracte que el Govern te en Valencia i cridà a l'unio i a la lluita, guanyant-se una gran ovacio del public.
            Segons Carles Recio en este acontenyiment “NAIX EL CRIT DE GUERRA”, i cite lliteralment el fragment del seu articul:
            Esta “contestación calurosa”, el “¡Vixca Valencia Lliure!”, fon proferit pel jovenissim Francesc Amela i Vives, que en aquells moments era estudiant de bachiller en l’unic institut oficial que hi havia en la urbe, el Lluïs Vives. Aquell dia de febrer de 1919 en l’acte d’Afirmacio Escolar Valencianista,naixia el crit que s’ha anat perpetuant de generacio en generacio i que resumix en un bot la voluntat valencianista de la joventut.
            Al “¡Vixca Valencia!” del jove Tomas replica el “¡Vixca Valencia Lliure!” del mes jove Almela. Este vibrant crit de guerra va rebre els atacs immediats del periodic republica “El Mercantil”, que recomanava a “los jovenes liberales” en sa edicio del dia seguent que“no tomen en cuenta ese valencianismo de orfeón. No vale la pena molestarse lo más mínimo. Toda Valencia conoce ya el secreto de ese movimiento reaccionario-catalán, y no hay que darles más importancia de la que tiene. Dejémosles que se agiten en el vacío más absoluto, hasta que se cansen…que será pronto si no se le hace caso”.
            Tornant a lo que pasà aquell dia, cal consignar l’ardenta alocucio d’Almela, que expon brillantment davant de l’assamblea els seus coneiximents sobre “los problemas nacionalistas de todo el mundo” i acaba esbossant “un bello canto a la Valencia del futuro”.

            Recio termina el seu articul citant un fragment de l'escrit que Almela i Vives publicà en La Correspondencia de Valencia el 18 de febrer de 1919, text que portava per titul “Vixca Valencia Lliure” i que yo reproduixc integrament a continuacio pel gran interes que te:
            “Cuando los valencianistas hemos dicho ¡Vixca Valencia lliure!, no hemos querido clmar contra las deficiencias administrativas, las corruptelas caciquiles y la desmoralización política que entraña el centralismo bárbaro y mefítico del Estado español, sino que hemos expansionado nuestro ánimo para proclamar un deseo libertador de muy distinta especie. Si queremos que Valencia sea libre, es porque Valencia está oprimida.
            “El concepto de “opresión”, en su sentido político -ha dicho recientemente el ilustre “reaccionario catalán” Antonio Rovira Virgili- no significa necesariamente la tiranía material. Un pueblo está políticamente oprimido cuando su voluntad no es reconocida, cuanto está regido po instituciones que no son las que él quiere, cuando no goza la liberdad de gobernarse por sí mismo.”
            Y -partiendo de la dualidad simultánea de dos Valencias- como para nosotros la verdadera es la que quardando íntima é indisolublemente los acentos definidores de la individualidad, reclama, avasalladora y firme, una integral continuidad histórica, tenemos que Valencia está oprimida. Y la eficacia revolucionaria del ¡Vixca Valencia lliure! será acrecida en frondosa progresión trascendente conforme vaya asentándose políticamente esta fuerza nacionalista, manifestada en múltiples ocasiones desde hace 212 años. Del mismo modo que, según el liviano símil retórico, aparece el río subterráneo, quebrantando las capas superiores á él, la sustancia insurgente de Valencia ha campeado soberanamente en instantes grises ó rojos del desfallecimiento maldito, perpetuando la indeleble idiosincrasia del pueblo que se emborrachó de gloria.
            ¡Vixca Valencia lliure!
            En el devenir incógnito de los pueblos hay mutaciones portentosas. Lituania -la de idioma bellísimo que Kant metodizara- está luchando con probabilidades de éxito para, segregando de Prusia las regencias de Gumbinnen y Koenisberg, y desglosando de la nueva Polonia el resto del territorio incorporado en el siglo XVI, rehacer el Estado de las postrimerías del siglo XIV. Los valencianistas únicamente ciframos el ideal en las construcción de la Valencia que se hubiera producido en el transcurso del tiempo y en el seno de la libertad.
            Esta reviviscencia nacionalista -de mayor ó menos intensidad- no es, por lo tanto, un movimiento reaccionario, como tampoco lo sería el triunfo del anarquismo con su fórmula helénica de la vida.
            Un método simplista, cuando no emponzoñador y mal intencionado de ver las cosas, dá lugar á estas hermenéuticas dislocadas, que no admiten la fuerza impelente del pasado, dirigida por el imán que fluye del rótulo dorado de la futuridad. Pero ello, victoriosamente es así.
            ¡Vixca Valencia lliure!
            El escarnio violento que de la unidad voluntaria de España hizo en 1707 aquel general Aznar que se llamó Felipe V, provoca el separatismo. Pero como los nacionalistas sentimos fervorosamente una sólida superestructura, siempre que sea compatible con la Autonomía que necesita Valencia para su ilimitado desenvolvimiento, juzgamos precisa la realidad de una armónica concordancia entre todas las naciones libres y oprimidas de Iberia.
            Bordeando el Cantábrico y el Mediterráneo y brincando por las sierras; pirenáicas (ó más allá...), tejerán los séres de buena voluntad una danza fraternal en torno de Castilla convaleciente.
            Y entonces, habiendo florecido el rosal señeril y sencillo del patriotismo, ya no será menester que digamos:
            ¡Vixca Valencia lliure!”.
Imagens: Xavier Navarro

Xavier Navarro